2 jun 2012

Juan de Herrera

Juan de Herrera (1530–1597) fue un arquitecto, matemático y geómetra español, considerado uno de los máximos exponentes de la arquitectura renacentista hispana.

Su sobrio y severo estilo arquitectónico, llamado herreriano en su honor, fue representativo del reinado de Felipe II (r. 1556-1598) e influyó notablemente en la arquitectura española posterior, principalmente a lo largo del siglo XVII.

Tras la muerte de Carlos I en 1558, pasa al servicio de Felipe II, bajo cuyo mecenazgo desarrollará la práctica totalidad de su carrera. Herrera comienza en la arquitectura en 1561 con las obras del Palacio Real de Aranjuez.

El Escorial, Monasterio de San Lorenzo

En 1563 comienza a colaborar con Juan Bautista de Toledo en la construcción del Monasterio de san Lorenzo del Escorial. Cuando en 1567 muere Bautista de Toledo sucede a éste en la dirección de las obras. Herrera modifica los planos, ampliándolos y cambiando la ornamentación del interior de la iglesia y la traza de la fachada, haciendo un edificio singular que llama la atención por su austeridad. Basa su diseño en la horizontalidad, la uniformidad compositiva y una sobria decoración. En 1572 asume oficialmente la dirección de las obras, que finaliza en 1584.

Monasterio de San Lorenzo del Escorial, su obra arquitectónica más importante.

A la vez que dirige las obras de El Escorial, realiza proyectos de menor magnitud, como la fachada sur del Alcázar de Toledo (1571-1585), la Lonja de Sevilla (1583) o la Casa de la Moneda de Segovia (1583).
Su nombramiento por Felipe II como Inspector de Monumentos de la Corona le abre las puertas a nuevos proyectos arquitectónicos, entre los que destaca la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid (1589), obra de gran envergadura, con una estructura de enorme complejidad, que quedó inconclusa, pero que sirvió de ejemplo para las catedrales de México y de Lima.

En 1583 funda la Academia de Matemáticas y Delineación (antecedente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales) y se convierte en su primer director.

En 1594 cae gravemente enfermo y abandona el trabajo activo. Muere en Madrid en 1597, donde es enterrado en la Iglesia de san Nicolás de los Servitas.

Siguiendo la voluntad reflejada en su testamento, redactado en 1584, sus restos mortales están depositados en la actualidad en la Iglesia de san Juan Bautista, en Maliaño (Cantabria).



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